VI Festival del Manga + Cómic-Can (Part. I)

25 nov 2015



Ya echaba de menos escribir una entradita decente en el blog, ¿ustedes no?, pues yo sí porque desde que estábamos a dos semanas del VI Festival del Manga de Las Palmas de Gran Canaria hasta ahora: no he parado. ¿Les explico? Pues allá voy.

Como muchos/as de ustedes saben, para las personas: geek, frikis, otakus, o simplemente que les gusta este tipo de eventos, este es uno de los más esperados en la isla (Gran Canaria) ya que reúne a muchas tiendas que están en distintos puntos de la isla, convoca a artistas como artesanos/as e ilustradores/as y como no, siempre hay visitas especiales. Hará años atrás yo era normalmente una visitante de este evento y apenas había casi nada a comparación de estos últimos años, eran casi entre cinco o seis tiendas, algún ilustrador/a y mesas para juegos de mesa; En resumen: solo era una planta. ¿Alguien lo recuerda así? Yo sí, pese a eso siempre iba cargada de ilusión en comprarme cosas y disfrutarlas todo lo posible (¡ojo! aún conservo cosas, otro día les saco fotos). Todo este micro-discurso que estoy soltando os caerá pesado, pero necesitaba decirlo, añorar un poco ese recuerdo que tengo en mi interior; Hay muchas personas y compañeros/as que siempre me sueltan el típico comentario de: <<Ya no es lo que era antes>>, o: <<El precio de la entrada es caro>>, lectores y lectoras, personas que asisten al evento o no: eso no es un gran argumento para escapar de dar explicaciones. Pero como eso es un debate que ya hablaré más adelante, voy a centrarme en el pre-festival, festival y post-festival.
     
  • Pre-Festival: pese a que confié bastante en que iba bien de tiempo para sacar toda la mercancía en fecha y tiempo, hubo pequeños contratiempos de mi vida que me dejaron algo tirada, por ejemplo: mi máquina de coser. Iba genial cosiendo y acabé (con MUCHA suerte) de hacer los peluches de Totoro, preparé orejitas (quien pasó por mi stand lo pudo comprobar) pero aquí es cuando empezó a ir todo de capa caída. ¿Qué ocurrió? Pues el hilo se salía de la aguja, después de hacer mil filigranas me percaté de que hay un lateral que trinca fuertemente el hilo y no me dejaba avanzar. Tuve mis dos o tres momentos de bajona y ganas de dejarlo, sentarme en el sillón y pasar de todo. ¡Pero no! una capricornio como yo nunca se rinde tan fácilmente. Mi madre se ofrecía a ayudarme pero yo no conozco ni entiendo su máquina de coser, al igual que ella no conoce la mía. La verdad es que apartando el coser, me metí de lleno con la bisutería y complementos, los llaveros, colgantes y pulseras, les dediqué tiempo y amor para hacerlos y empaquetarlos... y sí, las pegatinitas y todo ese tema lo hago yo a mano. 

Aunque no lo crean, muchas cosas las hacemos a mano, me refiero a detalles tan simples que no valoran, ¿que les parece si esos detalles los cuidamos y los valoramos en los artesanos y artistas? Créanme, nos alegra y nos da chispa que nos reconozcan esas cosas. El jueves 5 de noviembre era el día del montaje, mi madre y yo estábamos super-apuradas y con prisas para llegar a tiempo al recinto ferial, en mi cabeza rondaba la idea de que allí los puestos iban cogiéndolos según iban llegando, pero no es así (lo comprobé al llegar). Bien, para empezar llegamos a las 9:45am (aunque la hora inicial para montar el stand era a las 9:00am), ya estaba algo mosqueada pero íbamos bien de tiempo, así supuse yo, pero cuando llegamos a la entrada y nos plantamos frente a la puerta para entrar con el furgón cargado de mercancía... la puerta no se abría. Bueno la puerta, el securita: no nos abría. Bajé y me dirigí hacia él para explicarle que éramos de stands y necesitábamos pasar, ¿saben cual fue su respuesta? Os la resumo: el organizador no ha llegado y hasta que no esté él aquí nadie entra. ¡Olé! La verdad es que vamos a admitir que el tío (los tenía grandes) hacía su trabajo.

Pues como no tenía ningún contacto directo con el organizador, me dirigí de nuevo al furgón y me dediqué a esperar, pero en eso que esperábamos mi madre y yo, apareció otro furgón detrás nuestra con tres chicos. Hablando y explicando las órdenes del securita ellos también se indignaron, la GRAN suerte era que ellos tenían teléfono del organizador y lo pusieron en contacto con el securita para que diera paso a todas las personas presentes. Ya eran las 10:00am, menuda hora para empezar a montar, según el contrato que teníamos: hasta las 18:00pm podíamos montar (aunque tooodos nos pasamos el horario por donde nos quepan), nada más llegar me percaté de que en el suelo de cada stand estaba el nombre de la tienda, quiero que quede claro de que miré todo el pabellón y no estaba mi nombre. Ahí empecé a asustarme un pelín, uno de los chicos que estuvo detrás de nuestro furgón fue bastante amable enseñándome los planos del pabellón y la distribución. ¿Saben cual fue mi siguiente susto? ¡Sí! Mi nombre (o sea el de la tienda) no estaba en el plano, ya empecé a cabrearme y a asustarme, en mi cabeza solo pasaba una frase: <<¡Esto no puede estar pasándome a mi!>>, mismamente dicho chico me prestó su móvil para llamar al organizador, (a este capitulo del día lo llamaré la: llamada salvadora) que me di a reconocer y pregunté por mi stand, con MUCHA suerte se acordó donde iba situada. Dicho y hecho: ahí empecé a colocar mi tienda tranquilamente.

En lo que colocábamos le di las gracias al compañero Daniel, que se encargaba de la zona de
exposición de videojuegos y videojuegos retro, prácticamente me daba penita verle ese jueves todo lo que tenía que colocar en las vitrinas. Sin embargo, le quedó genial, otra cosa de la que no podía despistarme era de algo MUY IMPORTANTE: las acreditaciones, este año nos tocaba ir a buscarlas; Eso en cierto modo: me gustaba más, el año pasado me vi dando vueltas persiguiendo al organizador para que pasara de mi un kilo (pero mi compi de stand Gonzalo fue quien pudo traerlas finalmente), así que este año en ese aspecto lo vi más ordenado. Es más, tengo la foto aún, mostrando la acreditación y mi cara de zombie. Estaba cansada y madrugué para hacer tareas de casa, pero supongo que también estaba "cansada" de pasar el día allí montando el stand y con horas y horas sin comer, creo que si mal no recuerdo: almorcé a las 16:00pm. Y rememorando el almuerzo, sobre esa hora o antes, vi a mi compañero Curro de Universo Paralelo, estaba algo desconcertado por está solo en el otro pabellón del Cómic-Can. Me comentaba que hubiese preferido estar con la tribu de los stands en el Festival, pero bueno, intenté darle otra visión y que se animara a no pensar negativamente de su área.

En lo que voy escribiendo, me vienen poco a poco los recuerdos, se me estaba olvidando mencionar a Irene de Kawaii Craft Shop, que pasó por mi stand antes de tener todo montado, me disculpo por la imagen de loca y desentendida que di ese día: como creo que has leído anteriormente, el día no empezó con buen pie y acabó con alivio. En resumen, pasé una semana como loca buscando incluso materiales que no encontraba por ningún lado, véase los camafeos. ¡Por favor! ¿tanta demanda hay que debo comprar las bolsas de 60-100 unidades? Y que no solo es encontrar el material es: ¿qué imágenes debería poner? ¿saben la confusión que lleva todo eso? y peor aún: ¿se vendería lo que hacía? Pues con estas micro preguntas y con más cosas que contar, espero que tengan paciencia y leer la segunda parte de esta trilogía de posts.


¡Hasta la 2ª Parte!

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